En el embarazo nos hacemos conscientes de muchas cosas, pero a veces nos falta información sobre cómo...
Los toques
Una vez conoces los principios básicos vamos a llevarlos a la práctica.
Después de contactar con la emoción vamos a proceder al desbloqueo de la resistencia que puede oponer nuestro subconsciente a la liberación emocional.
Nota importante: Recuerda que somos simétricos así que puedes dar los toques en cualquiera de los dos lados o saltando de uno a otro, lo que te sea más fácil.
Comenzamos a darnos unos toquecitos en el canto de la mano. Es el punto con el que golpean los practicantes de artes marciales los ladrillos para partirlos y por eso le pusieron el nombre de punto de karate. Repite tres veces en voz alta la siguiente frase:
"Aunque tengo (este problema) me acepto total y completamente".
Hemos puesto "este problema" entre paréntesis para que tú lo sustituyas por tu problema específico: "este dolor en mi hombro derecho", "esta emoción de tristeza en mi pecho", "este terrible dolor de cabeza", ...
Todas estas frases son la vía para conseguir que el subconsciente se "despiste" el tiempo suficiente como para que no bloquee la liberación de la emoción. No es necesario en todos los casos el repetir las frases, pero como no lleva mucho tiempo lo hacemos y así acertamos siempre.
Ahora vete dando toquecitos siguiendo la secuencia de una cualquiera de las imágenes, no importa el orden de los toques, pero para recordarlos es mejor empezar de arriba hacia abajo. En cada uno de los puntos repite la frase específica de tu problema mientras te das los toques ("este terrible dolor de cabeza", ... ).
El punto de karate te lo puedes saltar porque ya lo has estimulado mientras decías las frases.
No hay que preocuparse de:
- Dar el toque en el punto exacto. Con el toque estás provocando una vibración que va a llegar a las zonas de la vecindad. Así que no hace falta dar en la diana.
- El número de toques. No hace falta ir contando el número de toques que das, es un poco agobiante y despista, pero da más de uno ;)
- Equivocarte en el orden. Estamos estimulando los puntos y el orden no tiene que ver con la estimulación.
- Si te saltas algún punto, pues no pasa nada. Mira a ver si ha funcionado y, si no, en la siguiente ronda acuérdate del punto perdido.