Cuentos NMG: Elisa y las Manchitas Rojas (inluye remedios caseros efectivos)
"La familia Bravo y sus aventuras con la medicina" (realmente son con la Nueva Medicina Germánica 😉) es una serie de cuentos para niños que facilitan la explicación de este nuevo enfoque los más pequeños y aportan sugerencias para el cuidado de toda la familia.
Este primer cuento nos habla de las "manchitas rojas", la rubeola, una de las típicas afecciones cutáneas de la infancia, como la varicela o las erupciones, que tienen como elemento común un conflicto de separación.
En el caso de Elisa se genera al escuchar una pelea de los padres y creer que se iban a separar, por lo que cuando los padres se reconcilian Elisa entra en fase de reparación y aparecen las manchitas, el picor y la fiebre, síntomas que serán tratados siguiendo los remedios naturales clásicos: cama, friegas de agua con vinagre, y compresas frías en las piernas.
El cuento
Pequeños remedios caseros y medicamentos de la señora Bravo
Nota: ¡no hay sanación definitiva sin una solución de conflicto auténtica y duradera!
Bajo el concepto «terapia», en la Nueva Medicina Germánica, se comprende todas aquellas medidas que mitiguen o suavicen la parte desagradable de las dos fases del proceso de la enfermedad - en especial en el punto culminante de la crisis curativa, sin que interfieran en el proceso natural de sanación, al punto que la interrumpan. En general, todo «tipo de terapia» es bienvenida. mientras no influya de forma negativa en el proceso natural de sanación/reparación del organismo, llegando a impedirlo.
Los microbios de nuestras latitudes son nuestros ayudantes beneficiosos y no enemigos de nuestro organismo. Ayudan definitivamente en la fase de reparación destruyendo las células (adeno) que no necesitamos más, o en la reconstrucción de las células de epitelio plano. Por eso no tiene ningún sentido matarlos con antibióticos o con otras sustancias químicas agresivas. Tales medicamentos, primero no ayudan a solucionar ningún conflicto, segundo destruyen a nuestros optimizadores de la sanación, y tercero dañan nuestra flora intestinal y fastidian el conjunto de nuestro organismo. En este sentido, lo que vale siempre es calcular qué consecuencias son más peligrosas y dramáticas: los efectos secundarios de los medicamentos o el proceso de sanación con sus síntomas en parte desagradables, pero sólo pasajeros. Existen suficientes «formas de terapia» acreditadas y pequeños remedios inocuos, que sirven de apoyo o ayudan. El ceremonial o el «teatro» en torno a los convalecientes influyen considerablemente en su estado.
Consideren, queridos padres. que la solución del conflicto tiene la máxima prioridad, y que a la solución sigue una fase de reparación a veces quizá desagradable - pero sólo pasajera. Nada ni nadie sana mejor que la naturaleza. Este saber les fortalece a ustedes y a sus hijos en la confianza de la fuerza sanadora de sus organismos. Incluso cuando aparecen la fiebre y otros síntomas, no sobreviene el pánico, porque el proceso de reparación de todas las posibles enfermedades ya fue practicado por nuestros antepasados. Además. dicho sea de paso. en 25 generaciones anteriores hemos tenido más de 33 millones quinientos cincuenta y cuatro mil cuatrocientos treinta y dos antecesores, y ¡en 30 generaciones son cerca de once mil millones! Nuestro programa está por consiguiente bien probado, y si la naturaleza lo hubiera necesitado, el organismo hubiera descubierto de sobra los medicamentos actuales y los hubiera incorporado. Esto no quiere decir que no haya ningún medicamento útil, pero que son sólo unos pocos.
Queridos padres, si no están seguros sobre cómo ayudar a sus hijos, entonces diríjanse a un médico o terapeuta que piense y trate de forma integral, que también entienda algo sobre la Nueva Medicina Germánica o las cinco leyes biológicas de la naturaleza. De todas maneras, obtengan más información, utilicen otros libros de nuestra editorial o de la Editorial Amici di Dirk España (mirar lista de literatura en página 30).
Entre un buen médico y uno malo hay mucha diferencia: entre el mejor de los médicos y la naturaleza. la diferencia es todavía mayor.
Pequeños remedios caseros bien probados, de la señora Bravo
Fiebre
La señora Bravo sabe que la fiebre favorece el correspondiente proceso de sanación y que por tanto, a ser posible, no se debe impedir con substancias químicas. Si sube la fiebre demasiado o Elisa es propensa a tener calambres por esta causa, su mamá intentará bajársela suavemente poniéndole calcetines fríos, compresas o cataplasmas frías, con vinagre en las piernas.
En general, es válido, durante la fiebre: reposo en cama, beber infusiones de tila y menta, bizcocho, y si hay problemas de estómago, tomar sopitas y cremas de avena suaves y de fácil digestión. La piña fresca también ayuda con la fiebre y puede incluso administrarse como profiláctico.
En infecciones e inflamaciones de todo tipo (por ejemplo, esguinces, contusiones, etc.) a menudo ayuda colocar una bolsa de hielo que mitiga incluso los dolores.
Erupciones de la piel / picores
Para picores fuertes la señora Bravo aplica, con suavidad, agua fría con vinagre en los lugares afectados. Esto quita el picor por una o dos horas. Si la piel está muy encendida. son de gran ayuda los lavados frescos, de forma regular. con agua de manzanilla.
Desintoxicaciones
En muchísimas enfermedades ayudan los microbios en la fase de curación/reparación. Estos producen «sustancias de deshecho». Nuestro organismo, en casos normales, es capaz de expulsarlos sin problema, pero cuando se acumulan en ese trabajo demasiados microbios, puede que sea excesivo. Esto deviene en un gran cansancio, flojera y fatiga. La señora Bravo alivia esta situación difícil dando de beber a sus niños tila con limón y miel desde el principio de la enfermedad. Esta infusión la toman durante todo el día. La señora Bravo está también atenta a que durante este tiempo no coman demasiado y sobre todo no sea muy pesado. Esto sería una carga adicional para el cuerpo y posiblemente se agregarían nuevas «sustancias de deshecho». En esa fase la mayoría de los niños no tienen casi apetito. Si reciben suficiente miel y limón, ya tienen lo que necesitan para ese momento.