Y aquella niña pequeña se fue a dormir, y el miedo se acostó con ella.

Ruidos de gente que se movía con rapidez la pusieron en alerta. Su corazón se aceleró. Dos sombras entraron en la habitación, la cogieron y la ataron al comodín de la habitación de sus padres con gruesas maromas. Después se marcharon.

A cámara lenta salía flotando de su habitación esa niña. Con tristeza vio su cuerpo allí abajo atado y miró a la cama donde sus padres dormían plácidamente. Ella les llamó, les gritó, se quería despedir, pero ellos no la oían. En la oscuridad de la habitación podía ver los detalles con claridad.

La misma inercia de flotar la llevo a traspasar el umbral de la ventana de la habitación de sus padres, que abierta de par en par parecía favorecer esa huida. Y se sumergió en la profundidad de un cielo azul eléctrico inmenso.

Avanzaba como en medio de la nada, no había nada que llamara su atención, ni formas, ni sonidos, ni sensaciones, nada…sobrecogida por el enorme vacío se asustó y el miedo tiró de ella para, de pronto, sentirse dentro de su cuerpo, paralizado, sobre la cama de su habitación.

Solo sus ojos muy abiertos parecían tener vida. Su corazón latía con fuerza. Sentía mucho frío pero no se podía arropar, no se podía mover. De vez en cuando el espasmo de algún miembro angustiaba su ya acobardada mente. Se daba cuenta que no era capaz de pensar, no sabía qué le estaba pasando solo que estaba muy asustada. Y mientras, sus ojos abiertos miraban al techo, era lo único que podía hacer.

Y pasaron tres o cuatro largas horas, hasta que la llamaron para ir al colegio. Para su sorpresa, se pudo bajar de la cama…

¿A quién se lo podía contar? – A nadie…

Vídeo

Texto de la meditación

Escucha,  si llevas la herida de abandono…si sientes en ti el peso de la tristeza…si tu sensación de carencia afectiva te hace dependiente…o si te has dado cuenta que vas por la vida pidiendo  ser importante para alguien... amigo, amiga, esta meditación es para ti…

 Vamos a comenzar haciendo unas respiraciones sencillas…de la manera natural como tu cuerpo respira… y diriges tu atención a esa respiración…con curiosidad, observando cómo responde tu cuerpo con cada inhalación…cómo se expande al introducir ese oxígeno de vida que te relaja…y al exhalar sientes cómo tu cuerpo se contrae… y te das cuenta que,  junto con el aire, puedes soltar  las  tensiones que has acumulado…

Y te familiarizas en conciencia con este agradable ritmo cíclico…mientras inhalas, abres, expandes, relajas y…sueltas…y puedes elegir soltar todo aquello que te incomoda…tus miedos…tu tristeza…tus incertidumbres…ahora lo puedes dejar ir fácilmente…con cada exhalación…y a la vez vas buscando la comodidad en esa agradable postura para esta meditación…

Y te van llegando las sensaciones de dentro de ti…de ese niño herido, de esa niña herida que se siente triste…que llora…que no sabe qué le pasa …pero sabe que algo no  está bien…

Y vas percibiendo esa fuerte sensación de incertidumbre… de vértigo ante la vida…ese grito que se te repite: “nadie me quiere”…

Y sientes esa inmensa soledad…aun estando en compañía…

Y te aferras a esa persona como a una tabla salvavidas…respira…y relaja…

Esos celos…esas dudas…ese miedo atroz…

Tantas sensaciones que te bloquean…que te angustian…ahora puedes ponerlas nombre y las puedes respirar…

Reconocerlas y sentirlas es el primer paso para sanarlas…así que…prepárate para abrazar todas esas sensaciones…

Sí, no te asustes…las abrazas por agradecimiento…ellas han llamado tu atención y te han empujado a este momento…ahora les puedes prestar la atención que necesitan para sanarte…para armonizar tu vida…

Respira con consciencia… y abraza esas sensaciones de tristeza…de soledad…de celos…acoge con ternura esos miedos…esos sentimientos de “no soy bueno para nada ni para nadie”…

Esos recuerdos que te sumergen en tu fango…al acogerlos con compasión se van ablandando…se va vaciando de tensiones tu cuerpo…

Y lentamente, a tu propio ritmo,…vas permitiendo que derramen su contenido doloroso…contenido de dolor, de miedos, de dudas, de angustias…que la madre Tierra recoge y purifica con autentico amor de madre…Percíbelo…

Y vuelves tu atención a la respiración… y vas sintiendo cómo emerge tu paz interior…mientras inhalas y sueltas….

Y ahora nos acercamos lentamente, con mucha delicadeza a tu niño herido… tu niña herida… ¿acaso tiene el alma rota?…quizás se  le haya hecho añicos y necesite reconstrucción… obsérvalo……acércate con ternura, te está esperando!...puedes comprobarlo mirando sus ojos……y puedes tomar su mano…quizás quieras acariciarle…abrazarla…y decirle “te amo…yo siempre estoy contigo…jamás te volverás a sentir solo…sola…porque yo nunca te abandonaré…” y todo lo que desees añadir con tus propias palabras para tranquilizarlo…

Ahora puedes observar su reacción…siente y vive este momento profundamente  junto a él…junto a ella…

Y puedes visualizar o percibir cómo, tras este acercamiento tan hermoso, su alma se va reconstruyendo…Y  te das cuenta  del cambio que se ha producido…las sensaciones que te llegan ahora son muy diferentes…tu niño herido…tu niña herida…ahora se siente seguro, y ella protegida por ti…

Es momento de preguntarle si desea integrarse en ti…le puedes decir que tienes su espacio preparado con mucha ternura y amor inocente…….y si así lo deseáis, ya puedes experimentar esta integración muy lentamente…célula a célula…como un bellísimo acto sagrado………Siéntelo……….disfruta de este encuentro mágico….

Y vuelves a centrar la atención en tu respiración…en su ciclo vital…y sientes cómo te relaja este ritmo continuo…cómo te tranquiliza ese vaivén…

Ya estás preparado, preparada para construir un vínculo emocional sano…cambios importantes se han producido en tu alma ahora reconstruida, que se manifiestan en tu cuerpo…y los puedes sentir…

Abraza esas nuevas sensaciones de liberación… acógelas con  agradecimiento…y ahora puedes tomar conciencia de que este momento es tuyo,… es un momento exclusivo para reencontrarte, para observar cómo funcionan tus emociones…cómo lo experimenta  tu cuerpo…y cómo lo expresa tu mente, …

Ya no te juzgas, no te comparas, te gustas tal y como eres…has aprendido a amarte…y te dices “me importas”…

Es momento de dejarte fluir en el juego de la inmanencia de la vida… inhala este momento de claridad, de oportunidades, de retos…y prepárate para actuar en coherencia…

Reconoce, espíritu eterno, que el único responsable de tu vida…eres tú…

Y ahora, lentamente, vas a ir volviendo,… despacio,… totalmente integrados cuerpos, alma, mente en el aquí y en el ahora,…con una sorprendente sensación de gozo y ligereza...envueltos en una gran paz…

Y te vas moviendo despacio…abres tus ojos y conectas totalmente con este momento…